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La pluma del escritor versus la potencia de los Estados Unidos.

Por Carmen Malaree.

Cuando el Premio Nobel de Literatura para el año 2005 se anunció, el escritor laureado advirtió al mundo que su discurso de aceptación tendría un contenido político. Aún más, fue preciso en cuanto al tema que abordaría: los Estados Unidos y su supremacía política y militar sobre el planeta. Fiel a esta declaración que hizo al diario británico ‘The Guardian’, el escritor cumplió su promesa. La persona a quien me refiero es Harold Pinter, poeta, escritor, actor y autor dramaturgo británico en cuyas obras teatrales se refleja su filosofía denominada ‘teatro del absurdo’. En dicha filosofía el autor revela las dificultades de comunicación humana a las que la sociedad moderna somete nuestra existencia.

Es este aspecto de la comunicación humana el que Pinter plantea en su discurso de aceptación al Nobel, haciendo la distinción entre lo que él llama la lengua de la literatura y la lengua utilizada en el campo del discurso político. El escritor, dice Pinter, se enfrenta a ‘explorar la verdad a través del arte’ y en el arte, señala, ‘no hay sólo una verdad, hay varias, porque la verdad es inalcanzable’. Por lo tanto, el papel del escritor es ‘la búsqueda constante de la verdad sin que nunca suspenda ni postergue esta tarea. Tiene que enfrentarla en el acto y sin demora’. Según Pinter, en el lenguaje político no se explora esta búsqueda, porque’ a la gran mayoría de los políticos simplemente no les interesa. Lo que les interesa es alcanzar el poder y mantenerlo’. Como escritor, afirma Pinter, él acepta que en la literatura la verdad es esquiva, pero como ciudadano no puede aceptarlo. Como ciudadano ‘debo preguntarme lo que es verdad y lo que es falso’. La literatura y la política se mueven sobre dos planos diferentes. En el plano del lenguaje político el objetivo es lograr que el control político se realice. Para alcanzarlo, señala Pinter, ‘la gente es sometida a la ignorancia y la ignorancia se mantiene con mentiras’. Para ilustrar, un ejemplo: la invasión de Irak ha sido justificada en base a la existencia de armas de destrucción masiva en ese país. Los acontecimientos posteriores a la ocupación han demostrado que esas armas no existían.

En su discurso Pinter menciona algunos países que han sido sometidos a la estrategia utilizada por los Estados Unidos que en inglés se denomina ‘low intensity conflict’ (conflicto bajo en intensidad), es decir, los habitantes de dichos países sujetos al control brutal de las Fuerzas Armadas al interior de ellos. Una vez que el régimen se ha instalado en la estructura de poder, dice Pinter, los Estados Unidos declaran que la democracia ha predominado en el país. La lista de tales países es larga, apunta el escritor: ‘Los Estados Unidos apoyó y en muchos casos gestó los regímenes militares y las dictaduras de derecha en el mundo en el período que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Me refiero a Indonesia, Grecia, Uruguay, Brazil, Paraguay, Haiti, Turquía, Filipinas, Guatemala, El Salvador, y por supuesto, Chile’. Miles de muertes se han perpetrado en nombre de la libertad y de la democracia que los Estados Unidos, con su política exterior se enorgullece de establecer en dichos Estados-Nación. Según Pinter, llevan a cabo esta misión de una manera muy hábil: por medio de la manipulación de los políticos al interior de estos países, utilizando al mismo tiempo la mascarada de la bondad universal. Al respecto, dice así: ‘Les digo que sin duda alguna, los Estados Unidos han puesto en escena el espectáculo más grande del mundo para lograr su objectivo: es un espectáculo brutal, indiferente, despreciable y también muy hábil’.

Si los Estados Unidos se sirvió de la mantención del conflicto bajo en intensidad en los años de la Guerra Fría, cuando se levantaban como los protectores de la democracia y del mundo libre en oposición al enclave comunista, hoy en día esta estrategia ha sido abandonada y reemplazada por otra. Para imponer su hegemonía político-militar, los Estados Unidos ya no están sujetos al cuestionamiento de nadie. Al respecto cobra especial relevancia la siguiente frase del Presidente Bush después del atentado terrorista que trajo consigo el derrumbe de las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York: ‘O están con nosotros o contra nosotros’. Respaldados por la amenaza terrorista justifican sus acciones, ignorando las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, tratan de chantajear subrepticiamente a las naciones pequeñas del Consejo de Seguridad de dicha institución para obtener el voto de éstas e invadir Irak, y se declaran los dirigentes del mundo libre. Para Pinter, la invasión de Irak ha sido ‘un acto descarado de terrorismo de Estado, que demuestra el desprecio más absoluto por los principios establecidos en la ley internacional’. Las bases logísticas de las que dispone este nuevo imperio le permite implantar su política internacional en forma implacable. Señala Pinter que actualmente los Estados Unidos disponen de 702 instalaciones militares en 132 países. Poseen 8,000 cabezas nucleares, de las cuales 2,000 están listas para ser disparadas en 15 minutos. Esta supremacía militar en el mundo les permite reemplazar totalmente su estrategia de conflicto bajo en intensidad por lo que ellos llaman ‘full-spectrum dominance’, o sea ‘dominación total’, lo que significa control de tierra, aire y espacio sobre los países ocupados.

El día que Mister Bush declaró el fin de la guerra en Irak con la frase ‘Misión cumplida’ impresa en un gran estandarte atravezando de babor a estribor, uno de los buques de guerra estadounidenses, 100,00 iraquíes habían perecido víctimas de los bombardeos y eso antes de que comenzara la resistencia a la ocupación. Pinter no duda en apuntar a los culpables: Mister Bush y Mister Blair. No sólo Irak sufre las consecuencias de una guerra injusta, sino que este ‘acto de bandidos’ también trae consigo la pérdida y la mutilación de soldados estaunidenses que inquieta a la opinión pública en los Estados Unidos. Pinter apunta su dedo acusador al Primer Ministro Británico, a quien le corresponde un alto grado de responsabilidad en esta aventura: invadieron un país pensando que la población les recibiría con los brazos abiertos y proyectaban en la gente un paralelo con las imágenes de la Europa liberada por la ayuda de las fuerzas militares estadounidenses al fin de la Segunda Guerra Mundial. Inmediatamente después de la invasión, nos recuerda Pinter, Mister Blair aparecía en una foto en los diarios británicos besando las mejillas de un niño irakí bajo el título ‘Un niño agradecido’. Pocos días después, otro niño irakí, de cuatro años y con ambos brazos amputados, hacía noticia en Gran Bretaña. Su familia completa, muerta por una bomba lanzada por los aviones invasores. ‘¿Cuándo me darán de vuelta mis brazos?’ pregunta el niño. Pinter dice ‘Bueno, Mister Blair no tenía a este niño en sus brazos, ni tampoco tenía a ningún otro niño mutilado ni tampoco los cadáveres ni los cuerpos inertes de muchos otros.’ Las acciones de Mister Bush y Mister Blair, afirma Pinter, reúnen las condiciones para que sean procesados en la Corte de Justicia Internacional, pero la astucia de Mister Bush le ha llevado a la decisión de no ratificar este acuerdo de las naciones civilizadas. Es más, Mister Bush ha amenazado que si se pone a uno de los soldados o políticos de su país en el banco de los acusados su país enviará a sus marinos para liberarlos. ¿Acaso no es ésta la política del cowboy de la pantalla aplicada a la realidad del mundo hoy?

Pinter cita los siguientes versos del poema de Neruda, titulado ‘Explico algunas cosas’, en el que el poeta chileno revela el horror de la guerra civil española:

Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños,
corría simplemente, como sangre de niños.
Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiarían!
Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale una fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.
Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!

Pinter señala que el poema de Neruda logra proyectar un mensaje literario y humano: ‘de ningún otro poeta de la poesía contemporánea he leído una descripción tan fuerte y visceral acerca del bombardeo a los civiles.’ Al igual que en las imágenes visuales impregnadas en la tela por Picasso en su ‘Guernica’, Neruda nos entrega con palabras, la bestialidad y el horror de la guerra, por sobre todo, de la guerra moderna que no tiene ninguna consideración por la población civil. Sólo aquí, en la lengua literaria, encontramos la cruenta verdad que la lengua del discurso político oculta. Es la verdad de la que hace hincapié al comienzo de su discurso y que como ciudadanos tenemos el deber de descubrir.

He abordado aquí los aspectos a los que Pinter alerta a los escritores en su búsqueda por la verdad. Es inquietante la claridad con la que nos muestra la dicotomía discursiva para expresar una sola realidad. Hago la salvedad de algunas excepciones notables en el discurso político, como Nelson Mandela, y no cabe duda que hay muchos otros. A nivel mundial hay desilusión en la ciudadanía por la forma en que se implementa la política, la necesidad de ocultar y justificar errores requiere la lengua del engaño, de los eufemismos que aunque paradojales en su lógica los aceptamos como parte del lenguaje diario. ¿Cómo podemos encontrar una justificación lógica en términos como’collateral damage’ (daño colateral) o ‘friendly fire’ (disparos entre amigos)? Daño colateral, es simple y llanamente muerte de civiles por bombardeos indiscriminados o que se ven fortuitamente involucrados en el combate entre las fuerzas de ocupación y las de la resistencia en Irak.

Para terminar, una cita del escritor que resume ingeniosamente el enfoque de su discurso: por la tarea que conlleva, dice Pinter, ‘la vida del escritor es altamente vulnerable, está casi indefenso. Es verdad que está aislado y no encuentra cobijo alguno a menos que mienta, en cuyo caso podríamos decir, que se ha transformado en un hombre político’.

Carmen Malarée, febrero 2005
Nota: El diario británico de circulación nacional ‘The Guardian’, publicó el discurso de Harold Pinter el dia 8 de diciembre del 2006. Las referencias y citas textuales entregadas aquí se basan en dicha transcripción. Las frases y opiniones que no están entre comillas son de la autora, así como también la traducción del inglés al español.


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